lunes, 22 de junio de 2009

Revolución de Chuquisaca



Revolución de Chuquisaca

El alto Perú


Alto Perú en 1783.

El territorio del Alto Perú, hoy parte integrante de Bolivia, estaba compuesto por cuatro provincias y dos gobiernos políticos militares. Una de las provincias o intendencias, era la de chuquisaca en cuya capital llamada también “la plata” y hoy Sucre, tenía su sede la Real Audiencia de Charcas.

La intendencia de chuquisaca contaba con los partidos de Yanparaes Yamparáez (16 "doctrinas" incluidas las parroquias de San Lorenzo y San Sebastián, sitas en los términos de la capital misma), Tomina (once pueblos), Pilaya y Paspaya (7 doctrinas), Oruro (4 pueblos), Paria y Carangas

El Alto Perú perteneció al Virreinato del Perú hasta 1776, en que por cédula real de 8 de agosto fue agregado al de Buenos Aires. No obstante, por Ordenanza de 28 de enero de 1782, recibió una organización especial, que disponía la administración de lo concerniente a gobierno, guerra y policía por sus intendentes, con acuerdo último del virrey.


Actual Departamento de Chuquisaca.


Así como la importancia de Potosí radicaba en la riqueza de su cerro, la de

Chuquisaca giraba alrededor de la audiencia y la universidad mayor real y pontifica San Francisco Javier de chuquisaca la cual reputada en la época

como una de las mejores del mundo atraía estudiantes de los Virreinatos de Lima y Buenos Aires, por lo que la ciudad era llamada la "Atenas americana".

En esa época tenía una población de alrededor de entre 14.000 y 18.000 habitantes, de los cuales alrededor de 800 eran estudiantes, y 90 miembros graduados del Claustro.

Así, la actividad económica de la ciudad era sostenida por los sueldos de los oidores, empleados curiales y civiles, las costas de los procesos, la universidad, los asistentes a actos literarios y constitucionales, las rentas eclesiásticas, etc.


Vista de Sucre (Chuquisaca).


Desde hacía tiempo existían fuertes desavenencias entre el presidente de Charcas, Ramón García de León y Pizarro, y la real audiencia; y entre el arzobispo de Charcas Benito María Moxó y Francolí y el cabildo eclesiástico, producidas en buena medida por los celos y la ambición, que tomaban mayor envergadura por el estado de anarquía y desorden en que se hallaba España.

Unos y otros contendores invocaban el auxilio del pueblo para hacer triunfar sus miras: en uno de los pasquines que en 1808 circularon en Chuquisaca se pedía al pueblo el apoyo al clero oprimido, concluyéndose por exclamar "Viva, Viva la libertad”

Mayo de 1809

Detención de Zudáñez

La revocatoria dispuesta por el virrey Liniers de la expulsión de Cañete acordada por la audiencia y la difusión de un rumor de que el presidente Pizarro detendría a los oidores agravaron la situación.


Bernardo Monteagudo.


Circulaban panfletos y pasquines anónimos, en ocasiones redactados en la misma Charcas. En su mayoría acusaban de "carlotismo" a los gobernantes, pero en algunos casos eran en mayor o menor medida revolucionarios. El principal que circuló esos días fue el célebre Diálogo entre Atahualpa y Fernando VII en los Campos Elíseos, escrito por el republicano Bernardo Monteagudo, graduado en el 1808, que cerraba con las palabras:

"Habitantes del Perú: si desnaturalizados e insensibles habéis mirado hasta el día con semblante tranquilo y sereno la desolación e infortunio de vuestra desgraciada patria, despertad ya del penoso letargo en que habéis estado sumergidos. Desaparezca la penosa y funesta noche de la usurpación, y amanezca luminoso y claro el día de la libertad. Quebrantad las terribles cadenas de la esclavitud y empezad a disfrutar de los deliciosos encantos de la independencia. Vuestra causa es justa, equitativos vuestros designios. Reuníos, pues, corred a dar ripio a la grande obra de vivir independientes."

El abogado y regidor del Cabildo Manuel Zudáñez el 16 de mayo persuadió al Cabildo de que era inminente su detención por lo que solicitaron a la audiencia la protección de sus personas, la cual empezó a efectuar averiguaciones oficiales y planear la prisión del presidente Gracia Pizarro

El 20 de mayo, Manuel de Zudáñez Ramirez, supo de la destrucción de las actas en que constaba la resolución del Claustro contra las pretensiones de Carlota y denunció de inmediato la actitud del Presidente. Lo sucedido decidió

a los opositores a dar crédito definitivo a la posible entrega del poder a Carlota y representó un rompimiento de relaciones del gobernador con el Claustro, la universidad, el Tribunal, el Cabildo y la opinión pública.

El 23 de mayo el presidente Ramón García Pizarro empezó a disponer medidas para anticiparse a los acontecimientos solicitando al gobernador intendente de Potosí Francisco de Paula Sanz que movilizara sus tropas a Chuquisaca, pues:


Vista de la Basílica de San Francisco.


El 24 por la noche la audiencia dispuso patrullas conducidas por los regidores para evitar detenciones, mientras preparaba un documento, redactado por López de Andréu, solicitando la renuncia del presidente. El 25 de mayo, el padre Félix Bonet, provincial de Santo Domingo junto al capitán Santiesteban previnieron a Pizarro sobre la conspiración y acuerdos secretos que se venían gestando días atrás.

Ramón García Pizarro reforzó con 25 hombres la guardia del palacio, envió a su hijo Agapito a Potosí llevando una carta reservada para el gobernador Francisco de PaulaSanz y aproximadamente a las 15:00 convocó a los abogados Esteban Gascón y José Eugenio Portillo, a quienes les informó sobre la reunión nocturna que sostuvieron los oidores y donde se dispuso su suspensión. El Presidente requería el asesoramiento de los abogados para la

detención de los oidores José Vicente Usso y José Vásquez de Ballesteros, del fiscal Miguel López Andréu, de los miembros del Cabildo Secular, Manuel de Zudáñez y Domingo Aníbarro y el abogado Jaime de Zudáñez, defensor de los pobres.

A las 6 de la tarde ordenó Pizarro la prisión de los conjurados, a cuyos efectos salieron seis comisionados acompañados de guardias. La noticia corrió rápidamente y los intimados se pusieron a buen recaudo en donde pudieron. Los oidores Vásquez Ballesteros, Ussoz y Mozi y el fiscal Andréu no fueron hallados en sus domicilios, ya que estaban en una reunión en la casa del decano José de la Iglesia. Posteriormente, Vásquez Ballesteros se refugió en un rincón de esa casa, Ussoz y Mozi se trasladó al convento de San Felipe Neri y López Andréu huyó de la ciudad.

Así, solo se pudo detener a Jaime de Zudáñez, a quien una comisión dirigida por el oficial Pedro Usúa trasladó apuntando con sus armas al cuartel de veteranos. A pocos metros los seguía la hermana de Zudáñez que pedía a gritos auxilio para su hermano, con lo que se empezó a formar una multitud, razón por la cual Zudáñez fue trasladado a la cárcel de corte (llamada así por estar en el edificio que servia a la real audiencia y donde también vivía el presidente), frente a la cual se empezó a reunir la población que pidió a gritos la intervención del Arzobispo, quien se reunió con Ramón García Pizarro.

Mientras la población apedreaba el edificio, Pizarro accedió a liberar a Jaime de Zudáñez, a quien por otra parte consideraba el menos importante de los conjurados, y le pidió que calme a la turba. Zudáñez salió junto con el Arzobispo y el Conde de San Xavier por una puerta falsa, debido a que la pedrea continuaba, y al ser visto fue llevado en andas como un héroe.

Al conocerse la noticia de la detención de Zudáñez y al notarse la falta de otras personas a quienes se suponían detenidas, se movilizó un gran número de ciudadanos a la Plaza Mayor en tumulto. Destacaba Bernardo de Monteagudo y otros seguidores de ideales republicanos quienes repetían el lema "¡Muera el mal gobierno, viva el Rey Fernando VII!" pidiendo la liberación de los presos y la renuncia de García de León y Pizarro.


Batalla de Suipacha.


Alrededor de mil hombres mandados por Antonio González Balcarce y Eustaquio Díaz Vélez, con Juan José Castelli como representante de la Junta, enfrentaron a las tropas de Nieto en el Combate de Cotagaita. Tras bombardear con escasa artillería las trincheras enemigas y sin poder .


Capturar la posición las fuerzas revolucionarias se retiraron al sur. El 5 de noviembre las fuerzas del Perú avanzaron tras Balcarce y entraron en Tupiza. El 7 de noviembre se enfrentaron en la batalla de:

Suipacha, donde el ejército argentino obtuvo su primera victoria sobre el de José de Córdoba, quien había alzado pabellón de guerra a muerte y avanzar hasta el río Desaguadero, límite del virreinato. El general Juan Martín de Pueyrredón fue nombrado presidente de la Audiencia de Charcas.

Al llegarle la noticia de la derrota, Nieto destruyó las fortificaciones en Cotagaita y con el párroco de Tupiza y algunos oficiales intentó huir pero fue capturado en Lípez. Una partida salió en búsqueda del prisionero, formada por soldados de las compañías de patricios que Nieto había mandado a trabajar en el socavón de Potosí cuatro meses antes.

Córdoba huyó con los restos de su ejército a Cotagaita y al día siguite de la batalla escribió a Balcarce.


Ejecución de Pedro Murillo.


El 14 de diciembre llegaron las tropas de Buenos Aires a Potosí, donde recibieron la noticia del sometimiento de la Real Audiencia de Charcas. Nieto salió el 17 en compañía del arzobispo Moxó que fue en su alcance y entro en Chuiquisaca el 21. Sus tropas habían entrado días antes. El 10 de febrero habiendo recibido el correo de la Paz, mando Nieto prender y poner incomunicados a todos los oidores de la real audiencia, a Juan Antonio Fernández, Joaquín Lemoine, Juan Antonio Álvarez de Arenales, Domingo Aníbarro, Ángel Gutiérrez, Dr.Angel Mariano Toro, a los dos Zudañez (Manuel murió en prisión), Antonio Amaya, Dr.Bernardo Monteagudo, a los franceses Marcos Miranda y José Sivilat y a otros más que pudieron evadirse.

Después de haber sido sometidos a una rigorosa prisión fueron en su mayor parte desterrados y remitidos a Lima en calidad de presos. Fueron confinados a diferentes puntos los ministros de la audiencia, a excepción del conde de San Javier y del oidor Monte Blanco, y remitidos a Lima el asesor Bonard y el comandante Arenales.Para el destierro se tuvo en cuenta el origen y destino:


Casa de la Moneda.


Castelli le respondió que se entregara a la generosidad del Gobierno de la Junta pero temiendo con razón por su suerte intentó huir a Chuquisaca, siendo apresado en las cercanías de Potosí. Paula Sanz demoró su salida de Potosí por lo que cuando el 10 de noviembre llegó a la ciudad un oficio de Castelli anunciando su inminente arribo y ordenando al cabildo el apresamiento del gobernador, Paula Sanz fue también detenido. Nieto, Córdoba y Paula Sanz quedaron así detenidos en la Casa de la Moneda de Potosí durante un mes.

Juzgados en el Cuartel general de Potosí, el 14 de diciembre de 1810 se condenó "a los referidos Sanz, Nieto y Córdoba, como reos de alta traición, usurpación y perturbación pública hasta con violencia y mano armada, a sufrir

la pena de muerte" y el 15 de diciembre de 1819 a las 10 de la mañana fueron puestos de rodillas en la Plaza Mayor y fusilados.


Controversia


Este evento, conocido en Bolivia como el Primer Grito Libertario de América, o la Chispa de la liberación americana, es considerado por buena parte de la tradición historiográfica como el primero de los movimientos independistas en la América Hispana.

Muchos coinciden en esa posición. El líder independentista radical, y un partícipe principal de los acontecimientos, Bernardo de Monteagudo la consideraba, ya en 1812, como el inicio de la Revolución del Río de la Plata al escribir Ensayo sobre la Revolución del Río de la Plata desde el 25 de Mayo de 1809, en el periódico Mártir o Libre, en el tercer aniversario de la revolución. Historiadores extranjeros como Benjamín Vicuña Mackenna llama a Chuquisaca, la "cuna volcánica de la revolución". El 25 de mayo de 1825 el mismo Antonio José de Sucre dispuso que fuesen públicamente conmemorados los sucesos de la Revolución de 1809, y rindió su personal homenaje a los revolucionarios de Charcas, por haber sido los primeros en proclamar la independencia de América.

Sin embargo, en la historiografía reciente ha surgido una corriente revisionista que llama a este evento una revolución monárquica por sus expresiones de lealtad al monarca. Afirman que se trató de una revuelta que enfrentó a Fernandistas y Carlotistas en un contexto alejado de intenciones independentistas, criticando su actual condición de fiesta cívica patriótica. Se la pone en contraste con la revolución del 16 de julio en La Paz, que es considerada una revolución abiertamente independentista, y se señala como el primer 'gobierno libre' de América del Sur y origen de la independencia hispanoamericana.

Para no caer en una controversia que puede resultar estéril y artificiosa, es obvio que las motivaciones públicas y privadas de los partícipes de este movimiento fueron disímiles, concurrentes y en muchos casos contradictorias: la amenaza carlotista, el temor por el destino de España, la ilegitimidad del mandato de la Junta de Sevilla y su prepotencia, el enfrentamiento preexistente entre el gobernador y los oidores, apoyados por el Claustro, el que enfrentaba al obispo y al cabildo eclesiástico, el localismo y la ambición de mantener los márgenes de independencia de Buenos Aires y de Lima logrados desde las Invasiones Inglesas, intereses económicos, celos, odios y afectos personales, etc. Y sin duda, también deseos de independencia, sea para algunos a la manera de juntas fieles al monarca, sea en otros en camino a la república. Los comisionados a otras ciudades fueron de esta última posición.

Esto mismo puede con las variantes del caso decirse de los movimientos de julio en La Paz (donde también se mantenía en oficios a las autoridades la máscara de la fidelidad al monarca), de mayo de 1810 en Buenos Aires, y en general de cualquier levantamiento americano.

Por otra parte, si bien la revolución en La Paz fue más radical en sus fines y en su desarrollo fue esa chispa encendida en Chuquisaca la que la hizo estallar. De una u otra manera los sucesos de mayo de 1809 en los que algunos patriotas dejaron la vida o sufrieron prisión y destierro, fueron con mayor o menor "pureza revolucionaria" un antecedente legítimo del movimiento independentista americano.

Este trabajo se trajo de las siguientes fuentes:


Bibliografía

http://www.com/turismo/ciudades/chuquisaca

http://www.bolibiaenlared.com

http://www.knowbolivia.com

http://www.bolivianet.com

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